En la actualidad, los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta indispensable, pero cuando hablamos de los más pequeños surge una gran pregunta: ¿a qué edad es recomendable que los niños tengan su primer celular?

Muchas familias se sienten presionadas por la tecnología, la seguridad o la inclusión social, pero entregar un dispositivo a muy temprana edad también conlleva riesgos serios que no debemos ignorar. Aquí te cuento por qué y con datos recientes que respaldan estas precauciones.
La influencia de los celulares en la infancia
La infancia es una etapa clave del desarrollo físico, emocional y cognitivo.
Durante estos años, los cerebros de los niños están en formación, sensibles a estímulos externos, y los celulares no son solo entretenimiento: son ventanas al mundo digital, con acceso a internet, redes sociales, juegos, y contenido variado que no siempre es apropiado para su edad.
Los expertos advierten que la exposición temprana a dispositivos móviles puede alterar:
- los hábitos de sueño,
- la capacidad de concentración,
- la gestión de emociones,
- el desarrollo social.

Estadísticas recientes que demuestran los riesgos
Para comprender mejor hasta qué punto el uso de celulares puede afectar a los niños, aquí tienes datos actuales y estudios recientes:
- Un informe del Parlamento del Reino Unido señala que entre 2020 y 2022 hubo un 52 % de aumento en el tiempo frente a pantallas entre niños y adolescentes.
- En el mismo reporte se indica que uno de cada cuatro niños de 3 a 4 años tiene su propio móvil, y que este porcentaje crece a uno de cada cuatro a los ocho años, y casi todos a los doce.
- Según un estudio de la USF (Universidad del Sur de Florida) que evaluó a jóvenes de 11 a 13 años, más del 70 % de ellos ya posee un smartphone, muchos desde los 8 años aproximadamente.
- Ese mismo estudio detectó asociaciones fuertes entre el uso frecuente de redes sociales/publicaciones públicas y síntomas de ansiedad, depresión y problemas de sueño. Niños que publicaban con frecuencia tenían un riesgo mucho mayor en estos aspectos que quienes lo hacían raramente.
- Otro estudio de Stanford examinó a niños con teléfono propio y encontró que, aunque poseerlo no siempre se relaciona con baja calidad de vida, sí se asociaba con menos horas de sueño en noches de escuela.
- En Estados Unidos, el National Center for Education Statistics reportó que más del 50 % de los directores de escuelas públicas considera que el rendimiento académico de los alumnos está siendo afectado negativamente por el uso de celulares en clase. Más aún: el 72 % menciona efectos adversos sobre la salud mental, y el 73 % apunta a la atención como otro factor perjudicado.
Estos datos muestran que no se trata solo de opiniones, sino de tendencias reales con respaldo en investigación.
Por qué los padres dan celulares antes de tiempo

A pesar de los riesgos, muchos padres deciden adelantar el momento de dar un celular por varias razones:
- Seguridad y comunicación urgente: sentir que es necesario para emergencias o coordinación familiar.
- Presión social: ver que los amigos lo tienen y no querer que el niño se sienta excluido.
- Entretenimiento: usar el celular para mantener al niño ocupado en momentos difíciles o cuando no hay otras opciones.
- Preparación tecnológica: la idea de que cuanto más pronto lo tenga, mejor preparado estará para el mundo digital.
Aunque estas motivaciones son comprensibles, los estudios indican que los riesgos pueden superar los beneficios si no se gestiona bien.
Consecuencias comprobadas del uso temprano y excesivo
Con base en investigaciones recientes, esto es lo que se ha encontrado:
- Problemas de sueño: los dispositivos con pantalla, especialmente antes de dormir, interfieren con la producción de melatonina y reducen la calidad y duración del descanso.
- Afectación emocional: mayor incidencia de síntomas de depresión, ansiedad, baja autoestima y problemas de socialización, especialmente cuando los niños usan redes sociales sin supervisión.
- Distracción y bajo rendimiento escolar: más de la mitad de los directores de colegio en EE.UU. creen que los celulares en clases afectan negativamente el aprendizaje.
- Uso problemático de la tecnología: contenidos públicos frecuentes, exposición al ciberacoso, comparaciones sociales que afectan la percepción de sí mismos.
- Sedentarismo y efectos físicos: menos actividad física, posturas incómodas, sobrecarga visual.
¿Cuál es la edad recomendable para que un niño tenga celular?
Con toda esta evidencia, muchos especialistas y padres coinciden en que:
- Antes de los 12 años, lo ideal es evitar que un niño tenga un smartphone personal con acceso libre a internet.
- Entre los 7 y 11 años, si tienen algún dispositivo debe ser compartido con los padres, con uso muy limitado y supervisado, restricción de aplicaciones, uso de controles parentales.
- A partir de los 12 a 14 años, comienza a tener sentido otorgar un teléfono básico, y cuando haya madurez, un smartphone con normas claras.
- Algunos consejos de asociaciones o empresas señalan que niños menores de 11 años no deberían tener un teléfono inteligente completo, sino dispositivos con funciones limitadas como llamadas o mensajes.
Consejos para una introducción responsable del celular
Si decides que el momento ha llegado, aquí van pautas respaldadas por expertos:
- Establecer horas sin dispositivos, especialmente antes de dormir y durante las comidas, para proteger el descanso.
- Usar controles parentales: limitar aplicaciones, evitar acceso no apropiado, contenido adulto o peligroso.
- Conversar abiertamente con los niños sobre los riesgos digitales: privacidad, ciberacoso, exposición pública.
- Supervisar qué hacen, no solo cuánto tiempo usan el celular. En muchos estudios no es solo tener el dispositivo, sino qué se hace con él lo que marca la diferencia.
- Predicar con el ejemplo: los niños imitan a sus padres. Si los adultos usan de forma sana y equilibrada la tecnología, ellos también lo harán.
Dar un celular a un niño no debería ser una decisión tomada a la ligera. Las estadísticas muestran que la exposición temprana y sin control trae consecuencias reales: calidad del sueño reducida, afectaciones emocionales, rendimiento académico debilitado, salud física comprometida.
La edad recomendable para que un niño tenga su smartphone suele estar entre los 12 y 14 años, cuando hay mayor madurez emocional y responsabilidad. Antes de eso, dispositivos básicos o uso compartido con supervisión son opciones más seguras.
Lo más importante: no se trata de prohibir la tecnología, sino de introducirla en el momento adecuado, con límites, reglas claras y acompañamiento parental. Así se protege la infancia y se permite que los niños crezcan sabiendo hacer un uso saludable, consciente y responsable de los celulares.
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